Basta con introducir la palabra Tantra en el buscador de Google para obtener una lista de 424 millones de enlaces.
¿Cuántos de ellos dicen lo que es realmente el Tantra? Para eso Google no puede dar una estadística exacta.
Pero este artículo te proporciona pistas importantes para que puedas distinguir más fácilmente entre la verdad y la falsedad cuando se trata de este tema.
CONQUISTAR NO ES SU PROPÓSITO
El Tantra no es un método para conquistar. No es un método que te enseña técnicas de seducción.
El Tantra puede facilitar el acceso de las mujeres a su feminidad y el de los hombres a su masculinidad, pero no las convierte en mujeres fatales ni a los hombres en machos. Porque ese no es el propósito del auténtico Tantra.
El Tantra Auténtico apoya y guía a cada persona a conectar con sus propias cualidades arquetípicas, a ser capaz de percibir y conectar con lo que es arquetípico en el ser amado, y a ser capaz de percibir los arquetipos en los demás.
Y como ve toda la existencia como un juego entre el Eterno Femenino y el Eterno Masculino, aplicado a la pareja, el Tantra es una invitación a descubrir la dimensión sagrada de la fusión erótica y ofrece los medios para hacer vibrar al unísono el cuerpo, el alma y la conciencia.
El Tantra no es una forma rápida de construir tu carisma que te lleva a obtener dinero y poder. Tampoco es una oportunidad para ampliar el círculo de amigos, los picnics veganos en los parques y las orgías de fin de semana.
En esencia, el Tantra es un camino de autoconocimiento, de descubrimiento del propio potencial para ampliarlo y alcanzar un verdadero estado de libertad interior y realización espiritual.
Utilizar el Tantra como trampolín hacia una vida social más activa y eróticamente excitante es una limitación lamentable e incluso peligrosa.
ES UN CAMINO DE INTENSA ENERGÍA
El Tantra es un camino de energía intensa, pero no es un camino de codicia, de obsesión por acumular y experimentar más placer. Nos muestra cómo abrazar el todo, cómo lograr la armonía entre las partes de este todo y cómo experimentar el estado de unidad. A partir de aquí, en efecto, se abre la posibilidad de descubrir la felicidad espiritual: la dicha.
Es el camino de la comprensión profunda de cómo podemos amplificar la energía de todas nuestras acciones y todas nuestras cualidades, dirigiéndolas hacia un objetivo superior: la fusión con la fuente suprema, el Creador Supremo.
Acumular en el sentido material no tiene nada en común con el auténtico Tantra. El camino tántrico no fomenta ni conduce al consumismo materialista, a la adicción a la información basura, ni a la codicia por comprar nuevos y nuevos viajes por el mundo, experiencias, relaciones.
Tantra significa aclarar, simplificar, en el sentido de que simplificamos nuestras vidas tomando como puntos de referencia aspectos esenciales y universales. Y sobre todo Tantra significa cristalizar, asimilar experiencias que generan una forma más elevada de entender y actuar en la propia vida.
El Tantra no es una corrida, sino un estado de equilibrio, de relajación en la intensidad, de autocontrol de las emociones para poder acceder a la quietud que existe en cada uno de nosotros y que se puede alcanzar en un estado de meditación.
NO TIENE QUE VER CON LA SEXUALIDAD, SINO CON LA PLENITUD
El Tantra no es un curso de educación sexual ni una simple técnica de anticoncepción mediante la retención de la eyaculación. Considerar sólo este aspecto es perderse el misterio del Tantra.
Es cierto que una respiración muy lenta permite suspender la eyaculación, prolongar el acto amoroso sin límite de tiempo y obtener orgasmos en cascada. Tanto para el hombre como para la mujer.
Del mismo modo, ciertas contracciones y gestos son de gran ayuda durante la fusión erótica. Sin embargo, si concentra su atención exclusivamente en ellas, el hombre corre el riesgo de perder su espontaneidad, su inocencia y su lado no domesticado; la mente toma el control y no hay lugar para la meditación.
La esencia del Tantra no es una técnica, sino el amor, la oración, una relajación del corazón que crea un espacio donde el hombre y la mujer se funden.
El Tantra no es sólo sexual ni principalmente sexual. De hecho, el Tantra no tiene nada que ver con la sexualidad.
Se trata de un Eros ardiente y al mismo tiempo sagrado, pero no es exclusivamente sobre Eros. El Tantra es una celebración de la naturaleza y de la vida, en la que no se niega ningún aspecto: el interior, el exterior, la risa, el llanto, la confianza, la duda, la sombra y la luz.
Y los aspectos difíciles, las emociones y los impulsos negativos se alquimizan: su energía se redirige y se transforma en algo útil, superior.
En su naturaleza más profunda, el Tantra es una ciencia esencialmente espiritual. Restablece el vínculo entre Arriba y Abajo, entre el Cielo y la Tierra, entre la existencia material y la conciencia divina.
Es una experiencia unificada de cuerpo, alma y mente. Es un camino holístico y se dirige al ser humano como un todo.
Si alguna vez te has preguntado cómo puedes descubrir, explorar y expresar tu plenitud, ahora tienes la respuesta.