Todas las culturas antiguas alaban el poder iniciático de las mujeres: Egipto, la antigua Grecia, Arabia, el Tíbet, Japón y China.
En la prehistoria existía el matriarcado, un tipo de sociedad desprovista de la idea de dominación, basada en el culto a la gran Diosa, la gran Madre.
Hoy en día hay una degradación de la imagen de la mujer que no se puede reparar
- ni por pasividad (aceptando el papel de objeto sexual y el papel de mero soporte de la vida material o quedándose estancado en el doloroso estado del abusado)
- ni por agresividad (rebelión contra el hombre y su endurecimiento, su masculinización)
Para que las mujeres se conviertan en lo que están destinadas a ser por su potencial sagrado, necesitan hacer la transición de la lucha por los derechos sociales (muy útil y beneficiosa mientras no se convierta en extremista y las mujeres no se limiten a ella) a descubrir, comprender, asumir y ejercer sus derechos divinos.
El Tantra y otras grandes tradiciones espirituales consideran que la mujer es la matriz de toda la vida:
- en el sentido físico (a través del acto de parir)
- en el sentido místico, espiritual (a través de la iniciación en los misterios divinos de toda la creación)
El yoni de la mujer es la puerta entre los mundos, todo ser humano viene al mundo a través del yoni de la mujer. Esta es la primera gran iniciación que todos recibimos.
En la visión tántrica, es también a través del yoni que la segunda gran iniciación es accesible (para el hombre como el que recibe esta iniciación, y para la mujer como la que ofrece esta iniciación) - el retorno, a través de la fusión erótica sagrada y el amor sublime, al estado de profunda comunión con la fuente de la vida.
El Tantra tiene como principios fundamentales
- Shiva, el principio masculino, el aspecto consciente, el núcleo de la creación
- Shakti, el principio femenino, la Creación en evolución
- ambos reunidos y trascendidos en el Supremo Absoluto
- toda la realidad es el juego de estos dos principios
- Shiva desempeña el papel de testigo, de observador que experimenta la creación en un estado de paz, de calma
- Shakti, desempeña el papel de energía creativa y es ella misma la creación, la manifestación, la naturaleza
- Shakti es todo el universo, toda la experiencia, y Shiva es la luz a través de la cual se percibe y se experimenta
Estos dos principios, Shiva y Shakti, se encuentran en cada ser humano y su unión se refleja en el alma.
El papel de la mujer como iniciadora sagrada se hace posible cuando ella
- asume la responsabilidad del iniciador sagrado
- transforma su vida para realizar realmente su potencial espiritual
¿Cómo transforma su vida?
El auténtico Tantra es una tradición profunda y compleja, muy apropiada para nuestros tiempos, y por ello puede convertirse en una valiosa guía.
¿Qué implica para la mujer el papel de iniciadora sagrada?
- que ella misma sea iniciada
- tener un auténtico conocimiento espiritual, aplicar y cristalizar este conocimiento en la vida diaria
- tener verdaderos modelos espirituales
- relacionarse con la Conciencia Cósmica y polarizar en su ser y en su vida la horizontal de su energía vital, sensual, volitiva, afectiva, intuitiva, mental con la verticalidad de la lucidez espiritual
- ser ejemplar por cómo vive, siente, piensa, no sólo por lo que dice
¿Qué significa para las mujeres realizar su verdadero potencial espiritual?
- dar a lo sagrado el primer lugar en su vida (lo que no significa ir a un monasterio o rechazar la alegría, la voluptuosidad, los placeres elevados de la vida; pero sí significa hacer todo en un estado sacralidad, para despertar en sí misma todo lo que es divino, para despertar y servir todo lo que es divino en el hombre y en todos los seres humanos)
- aspirar a la realización del propio destino - realizar todo el potencial de sí misma como ser humano que ha alcanzado una profunda paz en el corazón, la bondad y el amor incondicional, el poder de ofrecerse a los demás, la felicidad de estar unido a la Fuente de toda la existencia
Para dar a lo sagrado el primer lugar en su vida, una mujer necesita
- transformarse de forma divina, percibir su esencia eterna
- descubrir el arquetipo de feminidad que encarna
- sentir el juego de la polaridad a la que pertenece y participar conscientemente, con un sentido de asombro y alegría mística en este juego cósmico
- entender la relación amorosa con un hombre como una oportunidad para despertar su alma, no como una relación de dependencia emocional, posesividad, apego tóxico
- transfigurar divinamente al hombre, percibirlo en su esencia eterna, apoyarlo en su crecimiento interior
- aspirar a alcanzar el glorioso estado de andrógino divino - cuando la parte masculina dentro de ella está perfectamente polarizada con la parte femenina, y la Conciencia Suprema polariza la gigantesca energía de Shakti que ella expresa
- abrirse con profunda admiración, afecto y solidaridad hacia todas las mujeres, desarrollando la capacidad de percibir que todas son parte del Eterno Femenino (Gran Shakti)
¿Qué método rápido y accesible para los hombres pueden utilizar las mujeres como iniciadoras sagradas?
Abriéndose al Eros Sagrado y al Amor Sublime la mujer
- activa e intensifica su estado de Shakti, la mujer arquetípica
- experimenta el estado de unidad interior, ampliando el estado de orgasmo en la verticalidad de la conciencia y dándose la posibilidad de experimentar el estado de éxtasis místico
- se siente uno con todo el universo, va más allá de sus limitaciones como personalidad humana, se une a la Conciencia Cósmica
- da a su amado acceso a sus estados sublimes - su esencia divina se funde con la esencia divina de él
- tiene acceso al glorioso estado de andrógino espiritual
- contribuye a la modificación de todo el campo morfogenético sutil del planeta, a la sublime revolución erótica que puede cambiar para siempre la vida de la humanidad
- abre la posibilidad de liberarse de las limitaciones, los miedos, las debilidades, alcanzando el estado de sabiduría